domingo, 27 de septiembre de 2009
RESPALDO TOTAL E IRRESTIRCTO A MOVILIZACION INDIGENA
martes, 22 de septiembre de 2009
Tres ministerios se encuentran en el sitio donde presuntos nativos de las tribus taromenanes o waoranis mataron a una madre y sus dos hijos
Expertos repudian el triple crimen de una madre y sus dos hijos ocurrido el lunes último en Orellana, perpetrado por presuntos miembros de las comunidades Taromenane o Waorani, y exigen, al igual que el padre y esposo de los asesinados a punta de lanza, la acción del fiscal general. fueron sepultadas las tres víctimas.El penalista Carlos Pozo Montesdeoca exigió al fiscal Washington Pesántez ordenar la investigación de este hecho, que ha despertado la indignación de la población en Orellana."Los detalles, actores, cómplices y encubridores aparecen después de la respectiva indagación. Dependiendo de las circunstancias, el tribunal penal debe procesar y sentenciar a los culpables", dijo.Asimismo, recordó lo sucedido en 1987 en la misma zona, cuando miembros de una de las etnias no contactadas asesinaron a monseñor Alejandro Labaka y a la religiosa Inés Arango, hecho que también mereció el repudio.Pozo resaltó que, en el caso del triple asesinato, el fiscal debería tomar cartas en el asunto con la misma diligencia que lo hizo en el bombardeo por parte de militares colombianos en Angostura (Sucumbíos), ocurrido el 1.º de marzo de 2008.Este criterio es compartido por el también penalista César Albán, quien manifestó que "la fiscal, al ser una entidad pública, tiene la obligación de investigar".Mientras tanto, el sociólogo Teodoro Bustamante aseguró que la fiscalia no hizo nada sobre el asesinato de las mujeres taromenanes hace un tiempo y que, según ese criterio, no podría juzgar a una comunidad que se defiende. Sin embargo, calificó a la última matanza como "algo sumamente triste".Marco Duche, padre y esposo de las víctimas, denunció: "No hicieron nada (la Policía) para recuperar a mi hijo Kelvin (de 6 meses, secuestrado tras el asesinato de su familia). Pido al Estado que investigue".Ayer, los ministerios de Justicia y de Ambiente y la Secretaría de Pueblos enviaron a Orellana representantes para hablar sobre el hecho y tratar de determinar las verdaderas causas y causantes.Al respecto, Marlon Santi, líder de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), dijo que esta comisión "no ayudará, porque no hay la vocería oficial que entregue los mecanismos de investigación".Dramático testimonio y sepelio. "La niña decía: "Sáquenme la lanza" y pedía agua. Decía que estaba seca, que le ayuden, que le den agua, pero nadie tenía", narró Marlene Tanguila, moradora del sector Los Reyes, en la parroquia Dayuma, quien halló a Damaris (11) herida por las lanzas. La niña murió luego en el hospital.En Orellana, se hizo una colecta pública para costear el velorio y entierro de las tres víctimas, puesto que la familia era de escasos recursos económicos.Ayer, a las 15:00, en el Cementerio Municipal de Francisco de Orellana, se enterró a la madre y a sus dos hijos. Bebé aparece con vida
miemtras que hallaron vivo al menor de seis meses que fue secuestrado tras el asesinato de su madre y sus dos hermanos, a manos de presuntos miembros de las etnias Taromenane o Waorani. Según un comunicado del Ministerio de Ambiente, se localizó al niño a 1 km del lugar de los hechos, en la comunidad Unión 2000, sector Los Reyes, parroquia Dayuma (Orellana). El bebé fue trasladado al Hospital de El Coca, aunque se aseguró que está en buenas condiciones. Se conoció que Sandra Zavala (35), madre del bebé secuestrado y de los dos menores asesinados, era oriunda de Santo Domingo.
Informe de la necropsia
Según Fausto Teneda, quien realizó la autopsia a Sandra Zabala (35) y su hijo Byron Duche (15), debido al traumatismo y a las siete heridas circulares en el tórax producidas por las lanzas, la madre de familia sufrió un colapso circulatorio y respiratorio que le produjo una hemorragia y un shock que le causaron la muerte instantánea.El cuerpo de Byron presentaba cinco heridas en el tórax, antebrazo y abdomen. El menor sufrió un colapso cardiorespiratorio, lo que también ocasionó su muerte.